Por: Elcie González para People Music
Si alguien todavía duda del impacto y la vigencia de la buena música, lo sucedido la noche del pasado sábado en el Coliseo José Miguel Agrelot, lo convencería: casi 20 mil personas bailaron y cantaron enardecidas junto al astro dominicano, Juan Luis Guerra y su 440, quien luego de cinco años visitó nuevamente a su público boricua en una memorable entrega, probablemente con muy escasos antecedentes en la Isla del Encanto en cuanto a masividad y participación de fanáticos y público en general.
Para quienes vimos abarrotarse, en apenas 60 minutos, el majestuoso coliseo, con capacidad para cerca de 18 mil personas, y constatar con cuanta expectativa y emoción fue recibido el artista y su orquesta, no cabe dudas de que la Bilirrubina de Guerra, enciende con la misma pasión y frenesí de antes los corazones de todos. De igual manera, sus inolvidables éxitos “Que llueva café en el campo” ,“Burbujas de Amor”, “El costo de la vida”, “A pedir su mano”, “Bachata Rosa”, “Que me des tu cariño”, “Visa para un sueño”, entre otras populares y conocidas canciones de Guerra, formaron parte de la variada entrega que ofreció y de la cual forma parte también su nuevo éxito, “Todo tiene su hora,” melodía que da título a su más reciente disco y también, a su vibrante y colorido espectáculo.
Bajo los acordes de “cookies and cream”, primer número de la noche, apareció el artista, respaldado por una luminosa y atractiva escenografía, y aclamado hasta la saciedad, por un público que le siguió toda la noche, frenético y enardecido. “Buenas Noches Puerto Rico. Gracias por acompañarnos siempre. Gracias por acompañarnos En todo tiene su Hora, expresó mientras prosiguió con la interpretación de “La Travesía” y su inolvidable “Ojalá que llueva café en el campo”, propiciatoria ocasión para que el público, eufórico, saltara de sus asientos, hacia pasillos y colmara todo espacio inimaginable y posible del Coliseo para bailar desenfrenadamente toda la noche.
Durante la presentación, hubo derroche de ritmos en los que Guerra se mueve como pez en el agua; pero fundamentalmente en aquellos en los que el artista ha logrado consolidar su sello; la bachata y el merengue, aunque no faltó la interpretación de “otro merengue que en Santo Domingo llaman pericorripiao, pero antes, déjenme llamar a un pana dominicano que tengo allá,” comentó el artista, pícaramente mientras hacía como si llamase a alguien desde una improvisada cabina telefónica azul, que formaba parte de su escenografía. De inmediato, se escuchó el tema “Moca a Paris” y luego apareció en tres grandes visuales de fondo, la imagen sonriente de su compatriota y amigo, Johnny Ventura con quien improvisó un original dueto, muy bien recibido y aclamado por el público.
De sus breves, pero cálidos intercambios con el público, se destacó aquel donde anunció la presentación del segmento acústico, como le llamó, de “Muchachita Linda,” una canción dedicada a su hija Paulina, y especialmente su melodía, “Para ti.” “Este merengue lo dediqué al ser más bueno, inmenso y a alguien que es capaz de resolver todos nuestros problemas porque para Él no hay nada imposible; a mi Jesús, Rey de Reyes,” “declaró mientras recibía una calurosa ovación.
El repertorio del cantautor incluyó también, la interpretación de un hermoso son; “Para que sepas”, en el que igualmente lució su excelencia y un medley de salsa, de grandes exponentes de esa música en Puerto Rico, como el Gran Combo y Cortijo y su combo, entre los que dejaron escuchar “Dime Nora mía”, “Razones”, y “Carta de Amor,” entre otros. Casi al final, Juan Luis interpretó otro medley, pero esta vez, de bachatas en el que incluyó varias de sus más populares y conocidas melodías: “A pedir su mano”, “Hormiguita”, “Bachata Fukuoka,” “Qué me des tu cariño,” “Frío- Frío” y “Burbujas.”
La presentación de su orquesta 440, a la que se refirió con gran orgullo y destacó su excelente labor junto a él, durante todos estos años, contó con dos solos impresionantes de sus músicos de la güira y la tambora y un baile del capitán, según lo anunció, que imprimió sabor y ritmo al espectáculo.
Ya entrada la noche, y luego de varios intentos por despedirse y de volver al escenario ante los cada vez, más fuertes reclamos de los asistentes que se negaban a dejarlos ir, Juan Luis y 440 cerraron con broche de oro, al ritmo de las “Las avispas” mientras que a muchos nos quedó la certeza de que, además de estar espléndidamente vigente en el gusto de la gente, se espera aún más de Juan Luis Guerra y de su música. Ojalá este sea el recomienzo de otra etapa llena de éxitos para el cantautor y nos sigan picando sus famosas y traviesas avispas.