Diego El Cigala irradia un encanto en clave

Por Taína Vázquez Viera para People Music

El cantaor español, Diego El Cigala vuelve a reunirse con el público puertorriqueño en el Centro de Bellas Artes de Santurce en un concierto donde se fusionó el ritmo caribeño con la esencia flamenca. Con una presencia de alma potente y liviana, ”El Cigala” arribó al escenario con la seguridad de quién desea lograr un gran cometido: llevar al publico a través de un recorrido musical que consagra su alma gitana con la música latina.

En el concierto “20 años de lágrimas” se conmemora las dos décadas del tema “Lágrimas Negras” grabado en ese entonces junto al pianista Bebo Valdés. El cantante revivió temas de una producción que en el 2003 fue declarada mejor álbum por Ben Ratlif de The New York Times, ganador de dos premios Grammy entre otros galardones.

Acompañado del piano, timbal, percusión y del contrabajo al son de ritmo caribeño hace entrada el “Sinatra del flamenco”. Los aplausos abarcaban la sala Antonio Paoli: “Viva Puerto Rico”, de esta manera comienza su pasión interpretativa con la canción “Si te contara”. Luego de una expresividad rítmica al son de la clave, El Cigala recibe al público con un hermoso mensaje: “Bendito sea Dios que me permite estar de nuevo aquí otra vez con este público maravilloso. Le doy gracias a la vida por todo lo que me da, por que lo más importante lo tengo en mi vida que es Dios”.

Ramón Jimenez Salazar, mejor conocido como Diego El Cigala vestía una impecable chaqueta blanca y una sonrisa de aquel que sabe dónde se encuentra. Una energía vibrante adornaba la sala y un público hechizado acompañaba al artista con sus palmas acompasando a la célebre voz del Cigala. La mirada profunda de un público que aprecia la seguridad de una ser que rectifica que se puede vivir en pasión absoluta.

Como director musical y pianista se encontraba Jaime Calabush quien acompañó las siguientes canciones: “Amar y vivir”, “Compromiso” y la gran canción popular “El día que me quieras” del compositor Carlos Gardel. Los espectadores tuvieron la oportunidad de cantar junto al Cigala creando un instante armonioso, culminando con aplausos efusivos y listos para la próxima interpretación.

Creando ya la perfecta atmósfera para hacer viajar al publico puertorriqueño, se escucha las melodías de la canción protagonista de la noche; “Lágrimas Negras”. Un encuentro perfecto de la raíces comunes que poseen la cultura flamenca con la latina. Un enlace entre el flamenco, el jazz y las melodías afro-cubanas hacía bailar sentados a los allí presentes. Entrada la canción “Historias de un amor” del compositor panameño Carlos Eleta Almarán, El Cigala le brinda la oportunidad a los oyentes y los invita sin palabras a dejar plasmadas sus almas en esta hermosa canción. Luego se despide de sus músicos y crea un espacio más íntimo dejando en escenario al pianista Calabush. Entrada su tercera “agua refrescante”, el público aplaudía y celebraba su brindis.

De esta manera transcurría una noche donde el ritmo era protagonista seguido del tema, “Periódico de ayer” del compositor Tite Curet y popularizada por el salsero Hector Lavoe. Pidiendo al público colocarse de pie, el artista y sus músicos comienzan la canción “Corazón loco”, aquí los espectadores ya no bailaban sentados al contrario, daban sus mejores pasos de pie aplaudiendo al son de la clave. La emoción acogió al artista quien comenzó la canción “El ratón” y pidió un aplauso para Cheo Feliciano.

Frases como “Les quiero”, “Viva Puerto Rico” y “Viva la música” salían con ternura de la voz de El Cigala y un público agradecido le respondía con el mismo amor. Con toques de “aché” brindaba y le sonreía al publico. Un escenario cómplice de una descarga caribeña de músicos que hablaban el mismo idioma y que caminan en el mismo sendero de entrega musical se hacía cada vez más cercana a la audiencia.

Con una voz que arropa con dulzura, Cigala se despide con las canciones: “Obsesión” y “Bien paga” no sin antes acompañar la descarga musical con un sabor caribeño que alegraba los corazones de los allí presentes. Entre nostalgia, canto al amor, toques de congas, vivencias y recuerdos, Diego El Cigala se despide de una noche encantada entre salsa, jazz y boleros.