Por: Elcie Gonzalez para People Music
Impecablemente vestido de negro, pero con una amplia sonrisa que esconde su sagaz e ilustrado, verbo Joan Manuel Serrat se presentó la noche del pasado sábado ante el público puertorriqueño que desbordó a capacidad total la sala del teatro de Bellas Artes y lo recibió, ansioso por revivir y disfrutar de sus hermosas melodías.
Justo a las 8 y 40 pm, se iluminó el escenario mientras al compás de la música de uno de sus más emblemáticos temas “Mediterráneo”, que además da nombre a esta gira, a modo de vuelta y reencuentro con uno de sus más queridos discos, el poeta apareció, mientras una verdadera lluvia de aplausos le daba la bienvenida, confirmando una vez más, el gran respeto y la admiración que le profesa el público puertorriqueño al legendario cantautor español.
Acompañado por seis músicos, piano, teclado, batería, guitarra, bajo y la viola esta última en manos de una joven y talentosa artista, que le acompañó en esta gira, que el artista ha titulado “Mediterráneo da Capo”, expresión italiana que significa volver al principio y que él ha retomado en el sentido de la celebración del 47 aniversario de su primer álbum “Mediterráneo “, que el artista catalán atesora porque según ha expresado es un volver a aquellas canciones, a revivir las emociones que un día despertaron y regresar a aquel lugar donde la pasamos bien, al sitio querido. “Es como darles una paseadita a todas juntas, llevarlas a navegar y la fantasía hace el resto. “expresó Serrat con su acostumbrado garbo y buen humor.
En medio de este ambiente coloquial y nostálgico y por momentos hilarante, transcurrió la velada en la que no faltó la palabra que cantó, la charla amena, y también la poesía que toma giros inesperados en cada recodo de los recuerdos. “Quiero que sepan lo contento que estoy de estar en Puerto Rico y lo feliz de estar una vez más en esta que ha sido durante tantos años y espero siga siendo por muchos años, mi casa”, saludó para luego hablar con desenfado, sobre esta gira.
“Quizás piense alguno de ustedes por qué no he esperado un poquito más para los 50, pero la fragilidad a la vida me hace pecar de prudente y por eso me invita a celebrar los 47 años (del disco). No es que me encuentre mal, estoy estupendamente, pero se lo recomiendo a ustedes, si tienen algo que celebrar no espere para celebrarlo”, aseveró en medio de un estruendoso aplauso.
“Que va a ser de ti”, “Vagabundear”, “Barquito de papel”, “Pueblo blanco”, “Tío Alberto”, “La mujer que yo quiero”, “Lucía”, “Vencidos”, “Aquellas pequeñas cosas” y de nuevo, “Mediterráneo”, fueron los diez temas del disco que interpretó durante esta primer segmento del concierto mientras cada melodía era ,coreada y seguida por la audiencia confirmando que perviven e inspiran aun los sueños y memoria de la gente.
Y como siempre, que esta Serrat en el escenario, hubo sus ratos de bromas, complicidad y reflexión sobre esos temas sociales acuciantes que aun ocupan la mente del poeta y que, si no se expresan en su música, se dejan escuchar en sus frecuentes pláticas con el público.
Una de esas anécdotas se produjo justo cuando antes de interpretar “Tío Alberto,” precisamente uno de los temas de Mediterráneo, aclaró que el personaje en realidad, no era familiar, ni siquiera pariente suyo, sino que se trataba de un rico industrial barcelonés que por los años de 1960 se convirtió en centro de la vida social, intelectual, artística y glamurosa de Barcelona y que también estuvo vinculado a la escuela de cine, junto a un destacado grupo de intelectuales. Y por si había aún dudas, indicó que precisamente el taburete rojo que lo acompañaba siempre al centro del escenario perteneció al “tío Alberto”, pero que él se lo había robado.
Pero “Mediterráneo”, no acabó en este primer segmento. Durante las siguientes interpretaciones el estuvo presente, justo en cuanto a lo que representa para el hombre como destino y como centro de sus conflictos sociales, puesto que bordea tres grandes y desiguales continentes, ha sido por mucho tiempo sepultura de aquellos que buscan futuro en otros países, y víctima de la negligencia de mucha gente que lo convierte en montaña enorme de desechos de plásticos y de otros materiales contaminantes. Luego, ante la impaciencia de algunos que clamaban por otros de sus temas, más conocidos, soltó con desenfado “…todavía no ha comenzado la sección de discos solicitados. Tengo que dar, al menos, una pincelada cultural al concierto, no todo tiene que ser solo culos y tetas”, en tanto la sala estalló en risas.
La travesía de esta noche del cantautor español por la Isla del encanto prosiguió con “La Mer”, ¿título que trajo a punto, otro de sus jocosos comentarios “? la mar o el mar?” y que interpretó en francés,” La Luna”, “Cantares”, siempre muy bien recibida y “Plany el mar”, que cantó en catalán.
El tema de la mujer no quedo fuera de la reflexión del artista que ha compuesto hermosas melodías para ellas y confesó que sigue teniendo gran admiración por las ellas. “Las mujeres no mueren de mal de amores, mueren de amores malos. Lamentablemente delante de los ojos de una sociedad que lo mira como si no fuera por ello, como si fueran causas naturales, como si no fuera un escándalo, un pecado, un crimen”, sentenció precisamente antes de iniciar “Menos tu vientre”, “Para la libertad”, De vez en cuando la vida” y “Hoy puede ser un gran día”, sentenció el trovador.
Con esta última melodía pareció concluir el Concierto, luego de casi dos horas de excelentes interpretaciones y buena charla , pues Serrat junto a sus músicos , saludaron a modo de despedida, pero los reclamos del público los hicieron volver de inmediato y ya nuevamente, guitarra en mano el cantor junto a sus músicos , deleitó a la audiencia, con cuatro de sus más emblemáticas canciones, “Fiesta”, “Penélope”, “Tu nombre me sabe a Yerba” y no “Hago otra cosa que pensar en ti”, parar cerrar esta vez verdaderamente, el espectáculo, no sin antes dejar también un poco de amor y esperanza en sus palabras. “Como cualquier otro viaje, este también ha llegado a su fin. Gracias por acompañarnos hacer música que es lo que más amamos, y revivir junto a ustedes aquellas emociones y lugares donde la pasamos tan bien. …Y, por favor, la próxima vez, no dejen de venir a verme, concluyó con su buen humor presente, hasta en los momentos de despedida.