Por: Adita Robalino
El pasado sábado 3 de junio, después de seis años de ausencia en la isla, la virtuosa violinista, compositora y bailarina Lindsey Stirling llenó con su energía el escenario del Coca Cola Music Hall.
El espectáculo dio inicio con “Artemis” frente a una fanaticada que se sumergió de inmediato en un viaje a través de emociones, colores y movimientos que Lindsey transmitió a través de la perfecta coordinación entre el sonido de su violín y su baile.
Cabe recalcar que el show de Stirling es fuera de este mundo, la fuerza de sus canciones, se entrelaza perfectamente con el movimiento de su cuerpo dando lugar a una experiencia única y especial.
“Se siente tan increíble poder finalmente volver… Gracias por traernos de vuelta,” fueron las palabras con las que Lindsey saludó a su audiencia. La artista estadounidense inundó al público con su carisma, especialmente cuando grabó uno de sus conocidos “Tik Toks,” interactuando con sus fans.
La noche explotó en emoción cuando Lindsey presentó “Love goes on and on,” tema que interpreta junto a la vocalista de la conocida banda “Evanescence.” Pues no fue poca cosa; la artista le contó a su público: “Este es un sueño hecho realidad para mí. Años atrás, cuando estaba creciendo yo era una super fan de cierta artista. Ella me inspiró en mi adolescencia, me inspiró cuando me estaba convirtiendo en artista y todavía me inspira hoy en día. Y no puedo creer que tengo una canción con mi ídolo y ahora mi amiga, Amy Lee.”
La sencillez y dulzura de la artista se manifestaron en todo momento, no solo a través de su música, sino también a través de su forma de conectar con la gente con sus mensajes: “Amo hacer shows porque siento que cuando todos nos juntamos a escuchar música, podemos celebrar algo que todos compartimos en común, que es la música, el amor, la apreciación y el arte.”
El mensaje que Lindsey transmite mediante su arte es de optimismo y esperanza. Haciendo mención al loco mundo en el que vivimos, donde la maldad va ganando terreno, la artista invitó a sus fans a encontrar la paz interior. “Yo siempre he amado la analogía de la luz, y como en un cuarto oscuro no se puede retirar la oscuridad, es imposible. Sin embargo, se puede llenar el cuarto de luz.”
“Phantom of the opera” fue la canción que puso fin el espectáculo. La artista se despidió frente a un público que la ovacionaba de pie pidiéndole más.
No cabe duda del talento y carisma de Stirling, y esta noche lo volvió a confirmar, manteniendo a la audiencia hechizada de principio a fin.